Jóvenes de Tíjola se patean la Sierra de los Filabres para que sea Parque Natural

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La expedición partió este lunes desde las puertas del instituto
La expedición partió este lunes desde las puertas del instituto

TransFilabres 1.0 es un proyecto del instituto Alto Almanzora de Tíjola que está permitiendo a una treintena de alumnos de 2º y 3º de la ESO descubrir la sierra de los Filabres en primera persona en una ruta de cuatro días y tres noches que culmina en Calar Alto

Experimentar en primera persona lo que supone disfrutar de la naturaleza durante varios días respetando en todo momento el medio natural para seguir apoyando que la Sierra de los Filabres sea declarada Parque Natural. En eso consiste el proyecto TransFilabres 1.0, una experiencia piloto y única en la provincia que dio comienzo este pasado lunes y que está permitiendo a cerca de una treintena de alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria Alto Almanzora de Tíjola de descubrir la Sierra de los Filabres en una ruta senderista que acabará este viernes en Calar Alto.

Una aventura para jóvenes de 2º y 3º de la ESO que les ha llevado a lanzarse a lo desconocido para conocer y poner en práctica todos aquellos argumentos que esgrimen desde hace un año para que uno de los grandes pulmones de la provincia de Almería sea catalogado como Parque Natural.

El proyecto, que surgió hace unos meses de parte de uno de los profesores del centro y experto senderista, Javier Morterero, ha embarcado a estos estudiantes en una ruta que partió este lunes desde las puertas del instituto y que a lo largo de cuatro días y tres noches culminará en Calar Alto. Los jóvenes van acompañados por tres profesores y tres madres y están durmiendo literalmente al aire libre ya que portan solo sus sacos de dormir para experimentar esa sensación única de naturaleza y libertad.

Una de las jóvenes que participa en esta expedición es Clara Berruezo que explica a este periódico que «uno de los propósitos de esta ruta es que la Sierra de los Filabres sea más conocida» y apunta que «todo lo que estamos haciendo está legalizado. No hacemos acampada, solo vivaqueamos con unos toldos y los sacos de dormir».

Al ser estudiantes de entre 13 y 14 años están recibiendo ayuda para poder acometer esta aventura. «Llevamos dos mochilas. Una pequeña con lo más necesario con frutos secos y otra grande en la que va la comida y los sacos de dormir y que nos la traen por la tarde en una furgoneta», explica Clara. De esta forma, los jóvenes solo portan una pequeña carga y ya entrada la tarde, personal del centro se encarga de proporcionarles la merienda-cena y lo necesario para poder dormir. «Así la carga es la justa para nuestras caminatas», añade.

De hecho, este vienes cuando finalice la ruta, volverán a Tíjola en un autobús.

Semanas de entrenamiento

Para iniciar esta original expedición, los estudiantes del centro educativo de Tíjola se han preparado durante varias semanas llevando acabo varias rutas en horario escolar por el municipio y, hace pocas semanas, durmieron en el refugio de Ubeire en Fiñana para «hacer piña» de cara a una aventura «que nos emociona mucho porque es algo que nunca habíamos hecho», explica a este periódico la joven.

Durante esta larga ruta, los jóvenes están conociendo el pasado minero de la zona en Serón y descubriendo toda la fauna y flora de la sierra de los Filabres. Todo ello con una climatología benévola que está permitiendo que la expedición no haya experimentado hasta el momento ningún problema.

Así, este viernes cuando lleguen a Calar Alto habrán completado un proyecto más de cara a seguir empujando para que su sierra, la de los Filabres, sea catalogada como Parque Natural.

Proyecto educativo

Un grupo de 13 alumnos de primero de Bachillerato y su profesora del Instituto de Enseñanza Secundaria Alto Almanzora de Tíjola está desarrollando desde hace más de un año un intenso trabajo para que la Sierra de Los Filabres, uno de los grandes gran pulmones de Almería, sea declarada Parque Natural. En esa tarea han reunido una amplia información de los innegables valores del paraje, que, entre otras virtudes, se considera una barrera natural frente al avance del desierto, un gigantesco reservorio de agua o una plataforma que alberga un enorme y valioso inventario de biodiversidad, tanto de flora como de fauna. Su propuesta ha llegado a todos los ayuntamientos de la zona o al Parlamento Andaluz y han recabado la colaboración y la adhesión de numerosos colectivos científicos, sociales y políticos.