Confusión con el nombre de una de las calles principales de Tíjola

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Avenida Jose Antonio

El senador de Coalició Compromis de las Cortes Valencianas Carlos Mulet Garcia solicita retirar enombre de la “Avenida de José Antonio” en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica

Meses atrás mandó un escrito, en nombre de la Cámara del Senado, al Ayuntamiento solicitando «el cambio de denominación de la vía pública Avenida de José Antonio, dedicada a José Antonio Primo de Rivera, todo ello para que no atente contra la Ley 52/2007 de 26 de diciembre, de Memoria Histórica, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura».

A este requerimiento de la Cámara Alta, la Junta de Gobierno Local de Tíjola ha respondido con claridad meridiana al senador Mulet: “Que en sesión extraordinaria del Ayuntamiento en pleno de fecha 13 de noviembre de 1990 se aprobó por unanimidad la propuesta de la Comisión de Urbanismo para denominar la antigua Carretera de Baza como ‘Avenida de José Antonio’, todo ello motivado por el fallecimiento de José Antonio Rodríguez Soler, un año antes, que era el titular de la única gasolinera existente entonces en el municipio y la única empresa en esa céntrica vía, no teniendo, en consecuencia, ninguna relación con José Antonio Primo de Rivera, ni con ninguna persona de la Guerra Civil y la Dictadura”.
Por lo tanto el rótulo de la principal calle tijoleña, no es el fundador de Falange, sino el gasolinero del pueblo, un vecino muy querido que falleció a la temprana edad de 50 años.
El Alcalde de Tíjola aclaró que “José Antonio eran un gran vecino, un emprendedor que creyó siempre en el progreso de su pueblo y por eso se le homenajeó con una merecida calle en la que cuando él se instaló no había ni luz eléctrica”. Fue en tiempo del alcalde Santiago Pozo y además de la gasolineras, José Antonio también
montó una fábrica de agua destilada y tenía en mente crear otra de agua mineral, pero una inesperada enfermedad cercenó la trayectoria que empezó su padre con un simple surtidor de gasóil.

Su viuda, Manuela Pozo, recordaba ayer que “José Antonio fue siempre muy respetado, un gran vecino del pueblo y por eso se lo agradecieron con una calle, nada que ver con la política ni la Guerra”.