El accidente ferroviario del Puente de los Tres Ojos.

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Vista general del lugar del siniestro. Foto: Gustavo Gillman Bovet.

Análisis historiográfico de un siniestro en la línea férrea de Lorca a Baza

El puente de la rambla de Cela, conocido por los lugareños como el Puente de los Tres Ojos, es un puente situado en el km 91/648 de la línea férrea de Lorca a Baza y en el término municipal de Armuña de Almanzora que fue abierto al tráfico ferroviario con la apertura del tramo de la línea comprendido entre las estaciones de Purchena y Serón el día 17 de septiembre de 1894.
En este artículo analizaremos las causas del terrible accidente ferroviario ocurrido allí el día 14 de septiembre de 1907, el cual se saldó con dos víctimas mortales. Asimismo y dada su relación con el suceso, trataremos también el problema del agua de la compañía británica The Great Southern of Spain Railway Co. Ltd..

Antecedentes

La compañía británica que construyó y explotaba el ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas, The Great Southern of Spain Railway Co. Ltd., atravesaba unos momentos difíciles en los primeros tiempos de explotación de la línea al tener que afrontar los cuantiosos gastos en los talleres debido a las frecuentes reparaciones a las que era sometido su material motor, deteriorado por la mala calidad de las aguas con las que eran abastecidas las locomotoras. Esto, unido a la escasez de tráfico, hizo que la compañía estuviera en una situación crítica. Si bien con el paso de los años mejoró la situación financiera de la compañía (la cual, en esos tiempos, construyó el embarcadero del Hornillo y adquirió nuevas locomotoras y material móvil para hacer frente a la nueva realidad minera), el problema de la calidad del agua seguía haciendo mella en ella, invirtiéndose grandes sumas de dinero en la instalación de aparatos para la depuración de las aguas y en las reparaciones mencionadas anteriormente.
Vista general del lugar del siniestro. Foto: Gustavo Gillman Bovet.

La tragedia

El día 14 de septiembre de 1907 a las 12 de la mañana, la caldera de la locomotora que remolcaba el tren especial de mercancías nº 25 (la GSSR nº 2 «Lorca») hizo explosión a la altura del Puente de los Tres Ojos, situado a unos 2 km de la estación de Tíjola. Al lugar acudió la Guardia Civil de Tíjola, la cual no pudo hacer nada para socorrer al maquinista y al fogonero del tren, los cuales murieron posiblemente en el acto dada la violencia de la explosión.
Poco tiempo después, se descubrió que la causa del fatal accidente fueron las incrustaciones que el agua produjo en la caldera. Además de la pérdida irreparable de vidas humanas, la locomotora quedó totalmente destrozada, el material remolcado probablemente sufrió también las consecuencias de la explosión, al menos los vagones más próximos a la máquina, y la vía quedó interceptada.

En busca de una solución a la cuestión del agua

La Compañía del Ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas, tras el aparatoso accidente del Puente de los Tres Ojos, contactó con Mr. Black (Jefe de Tracción del ferrocarril de Bobadilla a Algeciras), quien hizo un estudio sobre lo ocurrido que vino a confirmar lo que decían en la compañía británica que explotaba la línea del Almanzora.

El 9 de octubre de 1907 visitó a la compañía Mister Bailey, representante de la empresa que fabricó los depuradores de agua (Lassen y Hjort), tras las continuas quejas de ésta sobre el funcionamiento de los mencionados aparatos. Tras varias semanas de trabajo, Bailey no logró solucionar el problema de los depuradores, por lo que la Great Southern of Spain Railway tuvo que adoptar otras medidas en base al informe de Mr. Black y como consecuencia del siniestro tratado en el anterior epígrafe.

Por un lado, para prevenir que ocurriera otro desastre de la misma índole, se redujeron las composiciones de los trenes de mineral de doce a nueve vagones, y por el otro, Gustavo Gillman viajó a Londres  para tratar el tema del agua y a Francia para tratar e informarse sobre asuntos relativos al material motor, produciéndose tras este periplo la adquisición de las locomotoras Kitson-Meyer nº 50, 51 y 52. Pero estas máquinas no dieron el resultado esperado, ni siquiera tras la visita de Mr. Bowler, representante de la industria que las fabricó.

En julio de 1909, tras las gestiones de Mr. Browne (Jefe de Material y Tracción de la GSSR), se mejoran las cajas de fuego de las locomotoras de la serie 1 a 25. La medida trajo mejoras en el servicio, pero no fueron exitosas en el ámbito del agua. Tampoco tuvieron éxito las expediciones de Gustavo Gillman en busca de nuevas aguas.

Pero, aunque se daba por imposible el solucionar el problema de la calidad del agua, aún había esperanza. Tras la visita de Edmund B. Forbes a la línea y los análisis realizados por el mismo, llamaron la atención de la compañía ferroviaria las aguas del río Bacares. Tras superar todas las dificultades que se interpusieron en su camino, se procedió a excavar un pozo en el paraje del Moroc, perteneciente al término municipal de Tíjola y próximo a la estación de dicha localidad, a instalar en el mismo una bomba de vapor y a construir una tubería desde allí a la estación de Zurgena. El día 24 de agosto de 1911, tras la construcción de lo mencionado antes y los depósitos de agua de la estación de Tíjola, empezó a correr el agua del pozo tijoleño por la tubería.

Con esto y con la puesta en servicio de la destilería de agua de Águilas dos meses antes, quedó totalmente solucionado el problema del agua en la Compañía del Ferrocarril de Lorca a Baza y Águilas.

SERRANO NAVARRO, J.A. (2018): El accidente ferroviario del Puente de los Tres Ojos. Análisis historiográfico de un siniestro en la línea férrea de Lorca a Baza. Granada. Sociedad de Estudios Históricos «María Navarro Encinas» . https://sehmne.blogspot.com.es/